llano alto |
Ayer tu canto me encendía plena de caricias, la mar
atrevida golpeando con fuerza la arena.
Hoy es el momento más auténtico, collares de magenta, vueltas
de ícaro agitan el firmamento, ondulando de noche blanca, presagios perfumados rondando
la mesa.
Mañana es el ahora que asoma su boca por rendijas
gloriosas, dulce copioso de esmero, se derrama
con cautela entre mis piernas serranas que admiten la gloria perpetua,
de nacer en matorrales de abundancia suprema.
Todo acontece sin prevenir nada ni nadie, porque tú eres
mi supremo autor con creces.
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