viernes, 4 de mayo de 2012

A través de los techos

Picasso, Las bañistas


Contar mis historias a través de los techos
el agua que merodea siempre
olores impregnados en ellos
demasiadas atmósferas
cielos, puentes, mares, continentes
bendita agua en esta vida 
la que me vio respirar por vez primera
en la plaza San Bartolomé
en su fuente milagrosa
en la habitación amplia con la cuna 
debajo del ventanal
descubriendo a los gitanos con sus palmadas 
al carbonero con su saco a cuestas 
a los aldeanos que sacudían los colchones 
con sus varas
Al Atlántico en The Qeen  
descubriendo horizontes 
amaneceres en océanos perdidos
donde el agua de mi ser recorría 
caminos  forjados por el destierro
y la esperanza
solo techos de cielos  
techos de atardeceres de colores 
distintos, destellos cegadores
que dejaban mis ojos de niña 
llenos de sombras
techos de cristal que adornaban 
mis ojos curiosos
extrañando, oliendo 
todo distinto, sin referencias
en esa pequeña existencia 
esa que se traslada de un lugar a otro 
sin permiso
Un piso de un bloque lejano 
lleno de sudor y sol 
en un puerto de pelícanos 
de buchones hambrientos 
carretas de pescados, langostas 
que corretean por la cocina 
esperando el puchero de agua hirviendo
Surrealismo latino, hecho Macondo 
en el bloque 15 de Zapara 
cerca del mágico lago-mar
Colmando mi sed de ver, sentir y ser 
una más de la pandilla de muchachas
de la cuadra.
Me voy sin pensar, detrás del amor 
que siento, que se abalanza 
a las orillas del río Guaire
El lujo de no perder el sabor de la gente
pronto me arrojo al cerro de Vista al Mar 
allá en Cátia, donde algún día se vio 
la orilla del Caribe 
en esas tardes claritas sin niebla
constante de esos años de estrépito 
Alfombra persa cubriendo el rancho
guacales de mesitas, estantes 
repletos de libros
materia flotante del chino Hung 
y unos cuantos enredos.
Regreso al palacete de las Mercedes 
donde nace el amor a mi única familia 
querida prestada, donde el olor 
nauseabundo de los perros enfermos
me retumba en las sienes
Muy joven pero cansada, me voy 
con mis macundales, mi retoño 
y el único acompañante 
de vuelta al Zulia 
Títeres, teatro, música, calle y algarabía 
es el cariño, el techo del día a día 
en Cerro Marín 
entre redes, barrancos y cují
Vuelvo al hogar paterno, ahora sin materno
Me marcho de nuevo más allá de Sabaneta segundo embarazo más visible 
más atento
Hay lotería de por medio
premios inesperados 
golpes de la vida antes de nacer
Ahora a la casa grande, otra vez al cerro 
Siento que no quiero 
pero por "delicadeza" por complacencia 
hacia él, cedo 
Risas doradas de mis niños a toda hora.
mangos, nísperos, granadas y aguacates 
rondan la vida 
patios, terrazas, rumbas 
amigos y no tan... 
Creaciones a millón, elocuencia del verbo
la calle y el sonido, el teatro en escena total 
los nómadas teatreros y músicos
caminos a cielo abierto 
techos transparentes, donde todo se vislumbra se traduce en poesía…  Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua
¡Presente!
Mambrú se fue a la guerra
Do re mi
Do re fa 

Todo se juega, todo se gana 
Pierdo para ganar
golpes, desganas y dolor
Aterrizo de nuevo en la capital 
de los techos rojos 
sigo distrayéndome, creciendo con los techos los olores
las aguas underground
con mis hijos  
con mi arte


La rueda de la vida me lleva a Cuba
reto y regalo del universo
isla encerrada en mar abierto
siguen los techos de cielos
tiempo de distancias ocultas  
full absorta en el huerto del cine 
re-descubriendo mis pasiones por la imagen 
por la entrega 
por no distinguir el día de la noche
Extravagancia de continentes 
reunidos en un solo espacio de campo 
de siembras 
de peñascos, de mentes abiertas 
de luces 
cámaras y  acción
Regreso de tierra 
fuerza escondida en armarios blindados 
aquel apartamento de Bello Monte donde 
la energía se fue condensando 
en gas letal

Y esto es apenas el comienzo
de los techos de mi vida