tucacas-morrocoy |
Decido compartir mi aliento sereno con el vaivén de tus
caricias sonoras de fusas en concierto.
Decido sonreír a pesar de los pesares, de los charcos de
viruta que asoman las tormentas del desierto visionario.
Decido abrirte el pestillo de dos vueltas, corretear por
el patio desnuda de ambiciones y danzar en tu vientre de menta.
Decido transcribir todos los papelitos perdidos en las
cornisas de la vuelta certera.
Decido albergar a los indecisos de costumbres mentirosas,
para que al fin abran sus puertas.
Decido seguir creciendo entre amores de colores que
aciertan solo verte pestañear a la primera.
Decido alborotar las castañas, asarlas con aserrín y
dártelas de desayuno todas las madrugadas de risas.
Decido seguir en silencio virtuoso, porque acontece que
ayer fue un encuentro de colibrí ligero de néctar, en las solapas y bolsillos descosidos de
verbena.
Decido verte en mis cantos de sirena, alborotar al
mastranto y quedar en el resplandor de una noche eterna.