deusto - bilbao |
Encerrada sin aliento
entre tus muslos prietos
no sé si moverme o seguir pasmada
muda
vehemente
afuera la sombra
todo está tan húmedo
me bebo sin apuro el cielo
de tu paladar
huele a lluvia, a lluvia sin parar, sin atajos,
sin pausas
todo mojado
todo paralizado
los coches trancan la calle a cornetazos y
estruendos
tú duermes en mi pecho florido
y sigo quieta, sin habla
porque me pesa la palabra
quiero quedar así un tanto más
a ver si el
silencio me canta
esa estrofa preferida
que ahuyenta la cólera
adormece el dolor
a ver si la lluvia calma
la sequedad de tu vientre
y volvemos a ser jugosos
lícitos placeres de a dos