Delika, camino del Nervión |
Tierra poderosa que me infundes,
me colmas el espíritu de amor, me adormeces en tus brazos inmensos llenos de
gloria bendita, de besos oceánicos que me transportan a la voluntad divina de
vivir entre los astros, entre tus manos, entre tu pecho robusto que sana todas
las pérdidas y colma los encuentros de transparencia absoluta. Seguir, seguir,
en tu tierra firme, movediza, cambiante, transmutadora de pieles, de troncos,
de aires, de juncos, de vueltas, de vuelos perennes que facilitan el paso, que
facilitan el encuentro con mi ser, con mi espíritu alado. El tránsito por estos
rincones, esquinas, mesetas y botxos.