sin idiomas ni sustentos
sin recodos en Amberes
sin nardos acarician
estas manos desnudas que alientan peldaños
para subir a tus ojos verdes musgo
donde se enciende la mirada
que transporta el amanecer
empiernados en asombros
cuando la luz penetra sin saber cómo
en tus muslos escarlata
quedo
me quedo
suspendida en tu recodo
miramos horizonte de mar
sin pausas
sin tono
en luz intermitente
infinito placer de a dos.