Desperté en un jardín extraño
Cajas de cerillas acostadas en la hierba
dispuestas como si fuera un pequeño pueblo.
Una rotonda 
de papel plateado arrugado 
con una cerilla clavada en su centro 
No entiendo nada
Me dejo llevar
quiero sentir, quiero ver más
escucho un leve sonido
acerco mi oído al suelo de yerba mojada 
veo que algo se mueve con forma de hombrecillo
No lo puedo creer
Con mi dedo índice lo cojo y lo acerco a mis ojos
Es un hombrecillo que me habla en susurros
con voz casi silenciosa 
Es tan pequeñín 
me da miedo lastimar su minúsculo cuerpito
Cuando lo acerco a mi oreja para entender lo que me dice
suelta un “Noooooooooo” . 
Trato de calmarlo
le pido disculpas.
Soy una amenaza para él
pero...( Suspiro). 
El hombrecillo sale volando por los aires 
…Dios! 
por más que quiero comunicarme con él 
estoy agrediéndole
Lo busco pidiendo perdón 
por mi huracanado suspiro 
Oigo de nuevo el susurro
sigo la dirección del leve sonido
suavemente, casi ni me muevo
Ahí, apenas a un metro de distancia está el hombrecillo
suspendido entre los pétalos de una flor silvestre
Sus ojos están desorbitados, 
igualitos a la punta de un alfiler 
Me habla rápido, casi no le oigo, no le entiendo.
 
 
 
Le
pido con voz muy suave
que
me repita por favor despacio, 
que me disculpe
que
es el primer hombrecillo 
que he visto en mi vida.
Que si quiere 
puede contarme su historia
tengo tiempo de sobra
solo
quiero ser su amiga
solo
quiero escucharlo.
Después
de una pausa no muy larga
el
hombrecillo se posa de nuevo en mi dedo índice
se
sienta cómodamente 
mas
relajado 
me
mira con sus ojitos de punta de alfiler
me
sonríe con una rayita casi transparente 
pero
deliciosamente visible en su carita perfecta
Me
dice
que mi oreja es una gran cueva oscura 
que
le produce pánico
que
los grandes no aparecen nunca por allí
son
muy peligrosos para ellos
por
eso están lejos 
muy lejos de ellos
porque
ellos también
una
vez fueron grandes 
pero se fueron achicando con el tiempo 
con
el humo, las guerras, el mercurio de los ríos 
los alimentos basura
el ruido de las ciudades 
la
contaminación de las fábricas 
los residuos atómicos,  nucleares
con...con...
Pero con ganas de seguir vivos
Y
así comenzaron una nueva existencia 
Me
cuenta
que ahora 
se alimentan del néctar de las flores
se
bañan en  las gotas del rocío
Sus
casas
son
las cajas de cerillas 
que
volaron por los aires cuando se desintegro todo
en
el espacio celeste
Me
dice que ellos son pocos
pero
suficientes para reír y cantar
contar
cuentos y escribir historias
Estoy
tan embelesada
tan
conectada con el hombrecillo 
No
me quiero ir, quiero quedarme con él 
con
su gente ( solo lo pienso) 
Pero
él me contesta
“Tienes
que seguir tu camino
cerca
están los corazones que te corresponden
que
te animan a seguir”
Le
hice caso al hombrecillo 
me
despedí con un suave roce de mi mejilla en su cuerpito.
Seguí mi
camino.
Tenía
razón el hombrecillo
encontré  corazones como el mio
pero
ninguno como el de él
Será
que soy tan distinta o soy tan igual...?