sábado, 14 de julio de 2012

bosque extremo

titina blanco otero


Rocas de arena que se desvanecen
en tus manos de roble
Minúsculos peñascos que se desmoronan
Besos callados de labios cerrados al olvido
Calles desérticas de asfalto quemado
Miro y remiro por el balcón del recuerdo
Y no te encuentro
Se perdió la marca del follaje
Los ojos no alcanzan el verde
Mi barbilla reposa escondida
en el borde oscuro de la nube baja
Mis dedos se alargan para tocar las esquinitas del labio superior
Y quedo en el inferior traspié de la colmena forrada  
algodón color marfil
Solo queda una
Una abeja amarilla con destellos azules
se cuela en la mirada
Da vueltas al azar con su música a cuestas
Por fin se posa en mi mano izquierda
Pincha con suavidad
Su guijón despierta los sentidos dormidos
Suspiro y canto