En el monte perdidos
Él aullando
Yo flotando
Yo flotando
Las
aves habían desaparecido
El
entorno caprichoso
La
maleza temblaba
Las
botas en zapatera de zarzas
La
barca esperando escondida, ilegal, prófuga… como el silencio del paraje
Siempre
absorta por el cielo, por la energía de esa atmósfera divina que te llena el
pulmón del alma, ese que siempre anhelas llevar consigo
Leñas
y barro
Antojos
y vueltas
Después
de miles de círculos concéntricos
Llegó
al mismo punto
Camino
de señales, de paciencia, de rasguños con sangre instantánea.
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