Un despertar distinto
Una prueba de contenidos abstractos, dolorosos, una vez
de asombro inescrutable, de parabienes forzados con esqueletos deambulando las
nubes de este aprendizaje disfrazado de locura. Me muevo en la sombra, me abro
al dolor de los tuétanos dislocados de ternura, estoy en la luz de la penumbra
que me ensordece, me muevo con torpeza, aprendo de nuevo con mis dedos de niña
que comienza un despertar, una nueva rutina insospechada pero cierta, ando con
muletas prestadas que me socorren con amor desconocido, y solo siento
agradecimiento de alma por estos nuevos seres, ángeles que acompañan mi nueva
existencia de forrajes altos, desmedidos, amorosos y ciertos. Me bendigo, los
bendigo, me esfuerzo, me decaigo, me tuerzo, me lloro y sigo, sigo con un
aliento tibio que emana de mis débiles reptiles que desandan en los lagos de
culebras enroscadas en las piedras del desaliento. Pero no, yo si puedo
alcanzar las alturas del amparo, armonía capaz de soportar el dolor antes del
abandono.
26-10-14
Titina blanco otero
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