Salamanca |
Cordel amarrado, anudado, deshilachado
entre orejas y alma
Me siento
sin techo y sé que mi techo es el cielo
Me siento
perdida y sé que perdida es cuando me encuentro
Sonido
ancestral en cáscara de mandarina
mondas por el aire de cipreses
ave del paraíso correteando
entre
las avispas despistadas en zumbidos espirales
Esto
se alza
sube
hasta perderse de vista
cintas
que se desdoblan
en
un vaivén de sendas
ondulan
el espacio del cuerpo
curtido
como el cuero de las ovejas
seco en verano inclemente
seco en verano inclemente
ahuyenta
las nubes de polvo, sonajeros de chapitas
Aquí
estas
cubierta, embalsamada de raíces profundas y perfumadas
abriendo
ventanas de cordeles
desatados
con soplos constantes
encaramada
al bajareque del presente